¿Sabías qué en el mundo existe un lugar con “estrellas” atrapadas?
Las cuevas de Waitomo, en Nueva Zelanda, son conocidas porque en su interior habitan unas extrañas criaturas, los glowworms (gusanos luminosos), que producen luz para atraer a sus presas y así poder alimentarse. Estos puntos luminosos hacen que el techo de la cueva parezca un cielo estrellado. Es un espectáculo único y que merece la pena conocer.
Las cuevas se originaron por la presión que ejercieron las corrientes subterráneas sobre la piedra caliza blanda durante miles de años. En muchas de ellas, desde el cielo y el suelo, se asoman impresionantes estalactitas y estalagmitas, puntiagudos conos de rocas estratificadas, formadas por el goteo del agua durante siglos. Las paredes de estas cuevas están decoradas con una galaxia de luciérnagas nativas.
Los glowworm son unos gusanos luminiscentes, o mejor dicho la larva de un insecto llamado Arachnocampa Luminosa, que es parecido al mosquito.
Estos insectos pasan a lo largo de su corta vida por tres fases: huevo, larva e insecto adulto, no llegan a vivir más de 10-11 meses.
Durante el periodo larvario, que dura unos 9 meses, estos insectos producen una luz que atrae a otros insectos y los atrapan con unos hilos pegajosos que cuelgan de ellos. Vistos de cerca, estas larvas son alargadas, miden unos 2 centímetros, tienen un punto luminoso y de ellas cuelgan una serie de filamentos casi transparentes que son con los que atrapan a sus presas.
Una vez que alcanzan el estado adulto, solo viven 3 ó 4 días, ya que no tienen boca ni aparato digestivo con lo que es imposible su supervivencia. Durante estos 4 días, el insecto hembra atrapa al macho, se aparean y ponen los huevos.
Nota: se dice que abrieron al público en el año 1889. Un Dato Curioso es que gran parte del personal empleado hoy en el cuidado de las cuevas son descendientes directos del jefe Tane Tinorau.

